
Investigaciones de la medicina de la Nueva Era han descubierto que los mecanismos energéticos se ponen en marcha simplemente con tocarse. Cuando nos damos la mano, besamos o abrazamos, los nieveles de energía sutil(no detectables con los medios de que disponemos) se interpenetran. De este modo se porduce un intercambio de energías entre quienes se tocan, besan o abrazan semejante a la de los campos magnéticos de alta densidad. En ese campo de enrgías que rodea y penetra los sistemas vivientes, y que se conoce como cuerpo etérico, se superpone a nuestra estructura física y es posible que se poduzca el intercambio de energías independientes del tiempo y de la propia materia.
La curación por medio del tacto es tan antigua como el ser humano y se ha utilizado desde la más remota antigüedad. La ciencia actual sigue atenta a las investigaciones y reconoce los beneficios del contacto interpersonal.
La terapia del abrazo es la técnica más rápida y disponible, porque en cualquier circunstancia podemos abrir nuestros brazos y ser abrazados.
El abrazo nos permite de forma inmediata, profunda, intensa y eficaz activar las emociones positivas, subir el sistema inmunológico y recuperar y fortalecer la vinculación, la paz y el equilibrio con nosotros mismos y con nuestros vínculos más cercanos: esposos, padres, hijos, hemanos, amigos...
Cuando abrazamos y somos abrazados recuperamos la confianza en nosotros mismos, redescubirmos nuestras potencialidades e incrementamos nuestros niveles de seguridad, sentimiento de afinidad y pertenencia y la alegría. Lo mejor del abrazo es que siempre que das uno, recibes otro o varios, y no pierdes energías, sino que recargas la tuya propia, y al ponerla en comunicación con la enrgía amorosa del abrazado, se porduce una mutua descarga potentísima de enérgía positiva.
Cuando abrazamos se cre un círculo y un clima cálido de afecto y de seguridad, porque quien abraza le transmite al abrazado un mensaje claro: " En mis brazos puedes sentirte seguro, sabes que cuentas conmigo". Es lo que necesita tu niño cuando tiene miedos o pesadillas, o tu marido cuando en el trabajo no le van bien las cosas, o tú misma cuando estás deprimid@ o triste y entonces tu espos@ te besa y te estrecha entre sus brazos.
El abrazo nos infunde seguridad, protección, confianza, autovaloración positiva y sentimento de pertenencia, de formar parte de alguien o de un grupo humano que te quiere, valora y protege.
Se dice que necesitamos:
- cuatro abrazos al día para sobrevivir.
- Ocho abrazos para mantenernos bien.
- Doce abrazos para crecer y para potenciar nuestras energías positivas.
Por desgracia, la civilización occidental ha reprimido durante siglos el contacto interpersonal y las consecuencias han sido terribles: una sociedad cada vez más neurótica y depresiva, con altas tasas de suicidios y enfermedades mentales, alta tensión arterial y desarrollo de la violencia.
Este interesante artículo es extraído del libro Optimismo Vital de Bernabé Tierno, psicólogo. Amig@s debemos de ponerlo en práctica pero día a día....Otro día os contaré en qué consiste la tactoterapia y sus clases, mientras tanto, practicar mucho y abrazaros y que os abracen, porque "quien abre sus brazos es abrazado". Gracias amig@s.